Y... ¿QUÉ HAGO SI YA NO PUEDO MÁS?


Hay un pequeño chiste, bastante viejo -y un poquito malo también, no os lo negaré- que, aun así, puede ilustrar el tema de hoy: ¿sabéis por qué los gatos levantan la cola cuando se les acaricia pasándoles la mano por el dorso? Pues, ¡para señalar dónde se acaba el gato!

A nosotros nos pasa algo parecido, tenemos un límite y, cuando nos pinchan más allá de él, o bien surgen contratiempos, sufrimientos, humillaciones, injusticias o desgracias que lo sobrepasan, nos “acabamos” y marcamos el límite “levantando la cresta” o desesperándonos. Lo manifestamos de maneras diversas: malhumor, murmuraciones, críticas, venganzas más o menos explícitas, conductas adictivas de todo tipo...
¿Quién no ha oído nunca en su interior una voz que dice más o menos: “¡ya basta, ésta es la gota que colma el vaso, hasta aquí podíamos llegar...!”? Creo que es muy importante que aprendamos a identificarla, porque bastante nos enseña la experiencia que de lo que hacemos o decimos inmediatamente después, tenemos que arrepentirnos en cuanto reflexionamos con más serenidad. Si no lo impide la gracia de Dios, todos somos capaces de las peores cosas, si nos enfrentamos a un mal lo suficientemente fuerte para derribar el edificio de nuestro yo. Es preciso tomar conciencia de que somos débiles e impotentes ante el mal, y de que nuestro amor propio nos acompañará a lo largo de toda la vida. Saberse necesitado es el primer paso para pedir ayuda. Si nunca has tomado conciencia de ello podrías pedir al Espíritu Santo que ilumine este aspecto de tu corazón.
Hay quien invierte muchos esfuerzos en hacer ejercicios de autodominio, de auto-salvación, de control mental, etc. Es algo así como tirarse al vacío sin paracaídas, puedes tener suerte una vez, ¡pero es una insensatez! Fortalecer la voluntad es, ciertamente, conveniente, pero hacerlo así, solos, nos lleva, tarde o temprano, a fracasar de dos maneras posibles: o bien no lo conseguimos nunca, porque nuestra debilidad se hace evidente a cada paso, y entonces nos exasperamos y nos volvemos todavía más gruñones y malcarados, o nos hundimos; o bien tenemos éxito la mayor parte del tiempo y entonces, sin amor, nos volvemos soberbios y engreídos. No sé qué es peor, la verdad.
Os propongo un sistema más “astuto”, más al alcance de cualquiera. Dado que todos estamos marcados por el pecado original, flaqueamos por un lado u otro (quien no tiene un parche tiene un remiendo, se dice), igualmente, todos necesitamos ser salvados; Jesús ya nos ha salvado, ahora es necesario que cada uno, libremente acepte y aplique a su vida, esta salvación que se nos ha dado graciosamente.

Acostumbrémonos, pues, a apoyarnos siempre en Él. Podemos preguntarle qué haría Él en cada situación y pedirle las fuerzas, que Él lo haga en mí; cuando se trate de corregir a alguien, le pediré que me deje su Corazón para hacerlo con su Amor; si tengo que aguantar una situación desagradable, me apoyaré en Él y lo ofreceré por su amor, por quien me hace sufrir, por alguien que lo necesita, etc. ; si veo que alguien obra mal y no está en mis manos corregirle, o no lo acepta, en vez de criticarle, rezaré para que se enmiende. Pediré a Jesús que me vaya dejando su Corazón para que sea Él quien lo haga en mí en cada momento. Debo ejercitarme en hacer esto en todas las cosas, empezando por las más sencillas. No puedo esperar que, en un momento de gran crisis, sea capaz de improvisarlo. Necesitaré ejercitar mucho la oración, el trato afectuoso y constante con Dios.
Fracasaré muchas veces, pero entonces ya nunca estaré solo, Jesús me levantará, confesaré mi pecado y la gracia del Sacramento me fortalecerá para seguir adelante y para no desanimarme, tantas veces
como caiga en cosas parecidas. El Santo no es aquél que nunca cae, sino quien se deja levantar siempre de nuevo por Jesús.
Él irá poniendo paz en nuestras almas y esta paz se podrá difundir por todas partes en este mundo que tanto la necesita.
¡María, Reina de la Paz, completamente llena de Dios, llena de Gracia, ayúdanos a llevar a cabo este propósito en este nuevo año 2006!

0 Comments:

Post a Comment

<< Home